No es algo nuevo que la farándula chilena está en crisis. Sin embargo, algunos de los famosos que brillaron en el apogeo de la opinología, aún se mantienen vigentes. Uno de estos rostros es Sandy Boquita, la modelo argentina que se hizo conocida a punta de escándalos y affaires, pero que ahora vuelca todo en el emprendimiento de su spa. "Esto es para el futuro, ni el cuerpo ni la silicona duran para siempre", confiesa. Y ésta es su historia.
Sandy Boquita está inquieta, aún le falta hacerse las uñas, pintarse los labios y comprar bebidas para la inauguración de su Spa en una pequeña galería de Providencia. Corre de acá para allá, arreglando cada detalle del cóctel que más tarde devorará la prensa, los amigos y los no tan amigos faranduleros invitados para la ocasión.
Se mueve con habilidad sobre sus tacos de treinta centímetros, viste un escotado vestido rojo que deja en evidencia los 460cc. de silicona que se puso hace un mes en un programa de Chilevisión. Ya maquillada por una trabajadora del Spa, Sandy pone unos videos de Romeo Santos en un plasma colgado de una pared rosada. Huele a acetona. "¡Mierda! las bebidas...", grita y sale corriendo por avenida Providencia como si fuese una alfombra roja, con cinco lucas en la mano, en la misma que tiene tatuada "Club Atlético Boca Juniors". Compra 6 litros de Coca-Cola light. Ya está todo listo.
Sandra Staniscia nació en 1978, en Merlo, provincia de Buenos Aires, estudió en un colegio privado. Cursó la carrera de ciencias biológicas en la Universidad de Buenos Aires. Ahí duró un año y se cambió al Instituto Argentino de Computación donde estudió diseño gráfico y web. Finalmente se graduó en el instituto Ecta como analista de sistemas. Con título en mano, Sandy encontró trabajo en una empresa de soporte técnico.
"En Argentina trabajé como técnico en PC y redes. Allí salía varias veces a arreglar computadores. Recuerdo que muchos de nuestros clientes esperaban el típico técnico computín, y cuando llegaba yo que ya tenía las pechugas operadas y estaba rubia se volvían locos. Con ellos pasaron muchas cosas, rompían los equipos, inventaban fallas, para que yo fuera. Así que la empresa decidió no mandarme más y me dejaron en soporte telefónico. Ahí le manejaba los programas de software directamente desde la empresa", recuerda Boquita.
Pese a su título y a su trabajo, a Sandy siempre le interesó la farándula. Su hermano, Maximiliano Gómez, recuerda que ella solía frecuentar boliches bonaerenses buscando codearse con el jet-set. "La mejor amiga de Sandra era la secretaria del dueño de Esperanto, que era una disco que en ese momento era muy mediática e iban a bailar muchos famosos de acá. Se hizo amigos en el ambiente, se notaba que le gustaba", relata "Pipi", como cariñosamente le dice Sandy.
Pese a vincularse con el medio, Sandy no logró dar el paso para entrar a la televisión argentina. Seguía trabajando en la oficina -donde además de la fanaticada en la clientela, era acosada sexualmente por su jefe. "Me maltrataba bastante, pero como en ese momento necesitaba la plata de mi trabajo como analista computacional, me aguanté todo eso", confiesa.
Soportando los constantes abusos, Sandy decidió tomar unas vacaciones relámpago. El destino: Chile. "Vine por cuatro días a Chile y acá un productor me ofreció trabajar en eventos. Acepté de inmediato y me fui a Argentina a buscar mis cosas. Lo primero que hice fue renunciar", señala.
-Vas a volver con el caballo cansado, dijo el jefe.
-Voy a triunfar, replicó ella.
El día que Sandy se vino a vivir a Chile, Argentina disputaba los cuartos de final en el Mundial de Sudáfrica. El partido se desarrolló justo a la hora de su vuelo, y ella venía con la albiceleste puesta. Al aterrizar, Sandy se enteró de inmediato que su escuadra, comandada por Messi y dirigida por Maradona, había caído 4-0 ante Alemania. "Partimos mal pensé", recuerda.
Y el presagio resultó ser cierto.
"Ese día me fue a buscar el productor y me llevó a un apartamento, que arrendé previamente. Cuando él se fue, agarré mi Nextel y llame a mi mamá. Me quedé en el balcón mirando la Cordillera, entonces cuando le colgué había un mensaje de este tipo que decía: 'te vi mirando el cerro con añoranzas, no te preocupes que acá te va a ir bien'. Al final con él nunca pasó nada, todo había sido una mentira, la pega nunca existió", rememora Boquita.
Sandy no estaba dispuesta a volver a Argentina con las manos vacías. Con el caballo cansado. Comenzó a frecuentar las discotheques donde se movía la farándula chilena. En una de esas fiestas conoció al fallecido mánager Carlos Ortega, que en ese tiempo guiaba a las faranduleras más apetecidas por los medios de comunicación como Coté López y Roxana Muñoz.
"Carlos me metió en el programa de Via X, Mucha Tele, donde modelaba lencería martes y jueves, también iba a los eventos nocturnos que hacía el programa. En ese minuto yo no era para nada famosa. Por evento cobraba 30 lucas", recuerda Sandy.
El conductor de Mucha Tele, Rodrigo González, conocido en el medio como el Pelao Rodrigo, recuerda los tiempos en que la modelo debutó en televisión. "Ella llegó a mi programa cuando recién daba sus primeros pasos en TV. Estaba dispuesta a todo por hacerse famosa. El Mucha Tele le sirvió como vitrina. Ella es bien intensa, en el programa era la chica con más ganas de meter bulla. Eso se notaba en los eventos", declara.
En uno de esos eventos nocturnos realizados por el programa, Sandy conoció a la persona que sepultaría a Staniscia y posicionaría a Boquita, al hombre que la metería de lleno en la farándula. Conoció a Roberto Dueñas.
La fórmula que Dueñas usó para ingresar a Sandy a la farándula fue sencilla, o así al menos lo explica. "En la farándula, bajo nuestro formato, a las mujeres bonitas las manteníamos en la tele a punta de romances tanto verdaderos como falsos y sobre todo escándalos. Eso era lo que vendía y las mantenía vigentes, no había más secreto que eso. Por algo me decían el rey del tongo", relata Roberto desde su casa en La Serena, retirado hace tres años del espectáculo.
El romance que utilizaron para meter a Sandy en la televisión, fue el que tuvo años atrás en Argentina, con el futbolista chileno Gary Medel, que por ese tiempo jugaba en Boca Juniors, club del que Sandy es socia.
Sandy iba todos los domingos a la cancha de local y de visita viajó a varias provincias argentinas para seguir al xeneize. Incluso, fue sola a Brasil para ver la final de Libertadores. En la barra conocía a Rafa Di Zeo y a Alejandro Falcigno, quienes eran los líderes de la 12 y ahora están presos. Según relata, ellos le entregaban lo que quisiera en la barra: entradas, pasajes, camisetas firmadas, y algo muy apetecido dentro de la popular: protección. Sandy tiene tatuadas las siglas C.A.B.J en su muñeca.
En la época en que Boquita seguía a Boca, comenzó a recibir mensajes y a coquetear vía Facebook con Gary Medel, para dar paso a lo que según ella fue una relación de seis meses, y lo que según el futbolista fue un simple desliz. Relación o no, lo cierto es que este episodio permitió que Sandy pudiese entrar a la TV chilena.
"Roberto me metió a la farándula con un tongo, fingimos tener una relación la que terminó siendo real, además hablé mucho de mi relación de seis meses con Gary Medel antes de ser famosa en Chile. Con eso me metí de lleno, me invitaron a programas y surgió mi apodo Sandy Boquita por mi seguimiento del club y por la asociación a mi bocota. Me mantuve los primeros meses mediante escándalos con Valentina Roth y de ahí seguí y no paré", confiesa la modelo.
La fórmula de Roberto había funcionado, otra chica lograba entrar la TV gracias a sus tongos, o estrategias comunicacionales como él les llama. "Desde mi punto de vista, las mentiras son simples estrategias de comunicación, eso es algo muy distinto. Si digo que la coca cola tiene gusto a frutilla no es tongo, es una estrategia comercial. Las modelos son un producto. Sandy lo era, así que yo le buscaba un mercado, ella vio esto como un negocio y te aseguro que absolutamente todas las modelos argentinas que están en televisión ven su cuerpo como un negocio", redondea el ex mánager.
Sandra Staniscia se había convertido en Sandy Boquita. Los escándalos, los eventos, las fiestas y los affaires con famosos de los más diversos círculos comenzaron a ser parte de su agenda. Sandy es una farandulera asumida. "Vivo de esto", señala. Reconoce también que desde que empezó en televisión, todo el dinero que ganaba en un mes de trabajo como informática lo reunía en un fin de semana de eventos. "No tenía por donde perderme. Si a las personas con títulos les pagaran lo mismo que a los de la tele, seguramente no estaría acá", añade.
Muta la Farándula, también las faranduleras
En algo que coinciden muchos de los miembros de la prensa rosa, es que la farándula como la conocíamos se está terminando, y la premisa de que el público ya no cree en los tongos está tomando fuerza dentro del mundo. Así lo reconocen quienes vieron partir a Sandy en TV.
"La farándula está muriendo, si una mujer no tiene talento está frita. Antes sólo importaba el pellejo y hacer un par de escandalillos. Afortunadamente ahora en la tele tienes que demostrar otra cosa" advierte el Pelao Rodrigo. Por su parte, Roberto Dueñas asegura que "la farándula bajó de categoría, ya no se consume como antes".
Este escenario Sandy parece tenerlo claro. Boquita asegura ya no ser la misma chica polémica de hace años atrás. "Cuando llegué hablaba del porte de la varita del Mago Valdivia, o como era éste y otro en la cama, o con cuantos tipos se acostó Valentina Roth. Esos son temas personales, yo no tenía que meterme ahí, pero para permanecer en tele una está dispuesta a cualquier cosa. Mi cambio está ligado con la mutación de la farándula. Estos programas están muriendo, la gente se está aburriendo de los tongos", confiesa Sandy.
La modelo ahora parece estar enfocada en otros proyectos. Está preocupada de galas, participaciones en programas de moda y sobre todo de su spa. "Hay muchos casos increíbles de modelos que han inventado secuestros, o accidentes o embarazos. En esas cosas, ahora yo no podría transar por un momento en la TV", puntualiza.
La soledad en la farándula
Hablar de la familia es un tema complejo para Sandy. Su voz tiembla, sus ojos se humedecen y su mediática boca se aprieta y se suelta como la de un pez en un acuario. Confiesa que a los 10 años le dijo a su madre que se separara de su padre, a quien no ve hace más de 15 años. "No te preocupes, yo te cuidaré" le dijo. Según cuenta, el día más feliz de su vida fue cuando nació su medio hermano Pipi, con quien habla religiosamente todos los días por whatsapp. Se reconoce una mujer de familia.
"Somos muy unidos nosotros. Hablamos siempre por whatsapp, es más fácil conmigo. Con mi mamá cuesta, aunque ahora la vieja le está tomando la mano. La verdad nos extrañamos mucho, yo hace casi dos años que no la veo, pero la admiro demasiado, ella dejó todo para irse a otro país buscando un futuro mejor para ella y los suyos. Eso habla mucho de la persona que es", relata su hermano Pipi desde Buenos Aires.
Aquí en Santiago, Sandy no puede hablar de su familia sin romper en llanto. "Ellos son todo para mí, estar lejos en los momentos buenos que quieres compartirles es difícil y más difícil aún es no tenerlos en los malos. En la tele no tienes amigos, son compañeros de trabajo. Quizás tenga una relación cercana con una o dos modelos, pero esa no es la compañía que el pecho te pide", cuenta Boquita.
En eso coincide la también modelo farandulera Fanny Cuevas (en la foto). "Las modelos extranjeras están muy solas acá, yo por lo menos no tengo relación con las modelos del espectáculo, yo soy de la idea de que no hay que mezclar trabajo con la vida personal. Obviamente nos encontramos en muchos eventos así que hay una cordialidad mutua, pero no siento que exista una amistad real en el medio", advierte.
Otro aspecto que pesa a muchas de las faranduleras es el de las parejas y la
maternidad, eso Sandy lo tiene claro. "La farándula ha aplazado mi maternidad. Tantos eventos no te dejan tiempo para tener una pareja. La Geisha siempre me dice que sea madre, que el hijo solo será mío pero creo que no es así, yo quiero hacer las cosas bien. Siempre me cuidé para no ser madre y que llegará mi hijo en un momento apto pero siento que ese tiempo ya está por pasarse, me fui para el otro lado", confiesa la modelo.
"El Spa es para ti, vieja"
El Spa "Sandy Boquita" ya fue inaugurado, la prensa y los faranduleros invitados ya devoraron el cóctel. Las cocas no se abrieron. Sandy cumple un sueño o al menos pone la primera piedra para cimentarlo. Ella quiere traer a su madre, que trabaje con ella en un centro de estética y este pequeño spa de 2x4 es un precedente para eso.
Las horas de trabajo montando la cama de masaje y todo el equipo de su centro de relajación terminaron, Sandy se ve feliz, saluda a sus colegas, habla con la prensa sobre este emprendimiento.
Su coarrendataria Abigail Jerez afirma que éste es un momento que Sandy se merece. "Ella es muy esforzada. Recuerdo un día que fue 7 veces al Easy del Costanera Center a buscar materiales para la decoración de su Spa, iba y venía en metro, ella ayudó a los maestros a pintar, a colocar las lámparas, trabajó con ellos", puntualiza.
"Cuando era chica salí en la contratapa del diario local de mi barrio, era de esas típicas fotos de chicas guapas en bikini. Ahí me preguntaban que cual era mi sueño, yo dije: ser reconocida como vedette. Ni me di cuenta cuando ya lo había logrado. Ahora quiero cumplir otro sueño, el de tener mi centro de estética y tener a mi vieja acá trabajando conmigo", redondea Sandy. Repitiendo una y otra vez entre sus frases, "esto es para el futuro, ni el cuerpo ni la silicona duran para siempre".
Tomado de: http://www.lanacion.cl/noticias/reportajes/cronicas/sandy-boquita-mas-alla-de-la-farandula-y-la-silicona/2016-01-04/164740.html
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